El viaje creativo.


Hace algún tiempo inicié un hermoso viaje. No tuve que hacer maletas, ni comprar pasajes. Sólo estaba yo frente a una hoja en blanco, un compás y algunos lápices. Sin saber mucho y sólo escuchando a mi corazón comencé a trazar líneas al interior de un círculo. Luego de un bonito viaje lleno de formas y colores regresé con un mandala y una deliciosa sensación de paz y armonía en mi interior.

Poco a poco, fui experimentando con diversos temas, materiales y formas de trabajo. Incluso llevé a mis alumnos a este viaje maravilloso y los resultados fueron sorprendentes. Repetí la experiencia en varios cursos y el resultado no dejaba de sorprenderme.

Así las cosas fueron fluyendo y empecé a darme cuenta del gran poder curativo de este viaje de creación de mandalas. Viaje en el que no necesitamos mucho, no hace falta empacar una maleta, ni reservar pasaje alguno, sólo necesitamos escuchar el pulso de nuestro corazón vibrando entre las formas y los colores al interior del universo, representado por la totalidad del círculo.

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