Mandalas, niñas y niños.







Los niños y niñas que se internan en este viaje maravilloso de dibujar mandalas, no sólo estimulan su capacidad creativa y su concentración, sino que también van aprendiendo a canalizar su energía y a desarrollar una relación armónica con sus propios sentimientos.

El trabajar en la creación de un mandala es una posibilidad concreta de fortalecer el “puente” entre los dos hemisferios cerebrales. A través de este trabajo utilizamos nuestro hemisferio izquierdo, gracias al cual podemos establecer secuencias, un orden lógico y simétrico en nuestro dibujo, actúa aquí nuestra parte más racional. Simultáneamente integramos a este trabajo al hemisferio derecho, relacionado con nuestros sentimientos y emociones. De esta forma no sólo estamos haciendo trabajar ambos hemisferios, sino además ayudamos a fortalecer el “puente” que los conecta.

El trabajar con diferentes formas y colores al interior de un círculo, de alguna forma va conectando a los niños y niñas con su propio centro, aquietando su ansiedad y su mente dándoles así la posibilidad de experimentar tranquilidad y equilibrio interior.

Es importante recalcar, que no se trata de un proceso que busque la creación de grandes obras de arte, sino de un trabajo que va más allá, buscando estimular la creatividad, la capacidad de asombro y que a través de su propio mandala cada niño o niña vaya descubriendo, en la contención del círculo, toda la riqueza de su imaginación y de su propio mundo interior, lo que a la larga se irá traduciendo, entre otras cosas, en el fortalecimiento de su autoestima.

Las posibilidades que presenta este tipo de trabajo son infinitas. Primero, por que permite orientar y motivar el proceso creativo de tal forma que se puedan tocar distintos temas (observación de la naturaleza, culturas originarias, historia del arte, historia personal etc. y enlazarlos a su vez con los contenidos curriculares de diferentes sub-sectores de aprendizaje). Segundo, porque el trabajo con mandalas da la posibilidad de experimentar con diversos materiales y técnicas, desde el dibujo hasta la creación de mandalas con mosaicos, semillas, mostacillas, lanas e incluso material reciclado. De esta forma se potencia la expresión de sentimientos y emociones a través de diferentes lenguajes artísticos. Además el trabajo se puede realizar tanto de forma individual, como colectiva, siendo esta última una buena instancia para desarrollar la tolerancia, el respeto y la capacidad de trabajar en grupo de forma colaborativa.






(Este texto es un extracto de un proyecto que redacté sobre niños y niñas y el trabajo creativo con mandalas. Las imágenes son mandalas realizados el año 2006 por algunos de mis alumnos y alumnas.)





3 comentarios:

LOLO dijo...

FELICITACIONES SOY LA MAMA DE LA LORENA Y ME GUSTO MUCHO EL TEMA TANTO ASI, QUE VOY A HACER UNO E M MESA DE LA TERRAZA CON MIS HIJAS...SALUDOS.
MARCELA

Anónimo dijo...

Hola Nata
Gracias por tus mandalas. Son hermosos.

Un abrazo fuerte
Tom

Anónimo dijo...

nata, que lindos tus mandalas están hermosos. que liiindooooo.
abrazos caroli.